Esta suele ser la causa principal por la que un alumno decide realizar sus estudios a distancia y no de manera presencial. En muchas ocasiones, los alumnos ya se han incorporado al mercado laboral, pero deciden seguir aumentando sus conocimientos.
Tener un trabajo a tiempo completo, dificulta enormemente el poder asistir a un centro de estudios de manera presencial. Además, suele ser habitual que los horarios de ambas cosas sean incompatibles.
Estudiar a distancia permite que el alumno ajuste sus tiempos de la manera que más le convenga. Ya sea conectándose al terminar el trabajo, o alternando días de estudio con días profesionales, con esta metodología es sencillo poder compatibilizar ambas labores.
En este mundo globalizado, donde nos movemos de un lugar a otro casi de manera constante, las distancias parecen haberse encogido. Gracias al hecho de estar permanentemente conectados a la red, ya no importa desde qué lugar del mundo realicemos nuestro trabajo… O nuestros estudios.
Si necesitas viajar, poder estudiar con tan solo tener un portátil a mano, es ciertamente útil. Pero no solo es beneficioso para las personas que viajan.
Puede haber quien, por circunstancias personales, deba permanecer en su domicilio ciertas horas al día. Bien sea por cuidar a los hijos o a personas mayores, o por el motivo que sea. Poder formarse sin salir del domicilio es todo un logro.